Cóncavo y convexo

Cualquiera pensará que es inmoral
lo que pienso cuando no te encuentras
y no le quito la razón
porque no será nada parecido
a lo que pasará cuando estés cerca
no lo tomes por el lado vulgar
tómalo por el lado conveniente
porque cuando aquí te encuentres
solo verás un tiempo que perdió
el momento
de hacer de tu cuerpo
y de mi cuerpo
lo que casi se le olvida
a nuestras mentes

No te niego que lo juzgues
algo fuerte
pero este es el momento de decir
fuera de cualquier vacilación
que eres no sola otra encarnación
mas que eso
para mi cuerpo la más fuerte.

Quisiera decir más de mil cosas
murmurarlas de ser posible a tu oído
pero el tiempo y la distancia son largos
y no puedo mas que poner
junto a tu pensamiento el mío

Amor
pronto vendrá el reencuentro
y será la oportunidad que hemos deseado
y sin caer en desconcierto
haremos de mi cuerpo
y de tu cuerpo
un solo amor
un cóncavo y convexo


Victor Hugo -  1992

Nuestros cuerpos

Dónde está esa musa
que hace soñar mi mente
Así comienza este nuevo
alucinar mío
busco en vano dentro de mi mente
y así buscando
muero de hastío

No hago mas que pensar en tu silueta
que junto a la mía hace un mapa
tal vez hace escapar la sutileza
que del pensamiento se me escapa

Tu, no eres rosa
que baña el rocío en la mañana
ni eres luna que atraviesa la alborada
Tu eres mucho más que eso
eres mi vida
mi paloma alada

Yo quisiera estar a tu lado
en este instante
y además volcarme
junto a ti en las sábanas
pero cuando más te quiero
estás distante
y cuando cerca estás
el tiempo no me alcanza

Fuese feliz si tu cuerpo
en la noche me invocara
porque sería
más que maravilloso
poder volar en la noche
hasta tu cama
y al día siguiente
entre palabras cuasi cortadas
explicarle a todos
que es difícil dormir
si a mi lado no descansas.


Victor Hugo -  1992

Lágrimas de lluvia
lamiendo el suelo
cantando amores
soñando con las sombras
de un cuarto
de sábanas blancas
de manchas
de gritos y llantos
un beso lo comenzó
un golpe lo terminó
solo duró un instante
y pareció ser toda una vida
ahí quedó un lamento grabado
sin regreso.

Botones de rosas silvestres
que se abren y se cierran
con las mañanicas
y las puestas de sol
con un verde vientre
y un azul de sueño
grises que cruzan el cielo
y un esperar que nazca
el nuevo mundo de historias
de niños
de golpe en el vientre
y miradas estupefactas
y sonrisas.

Pasan los días tras un ventanal de aula
con risas,
y gritos,
y palabras
con olor a tiza y a grafito
un sudor que moja a distancia
un cráneo rebosante
uno vacío
una mirada de esperanza
y otra de intriga
y no es mas que el invierno
que llega
y se apodera de la sensibilidad
y nos aparta.

De donde sale la comadreja
que hurta tus gallinas
y llena sus narices de talco;
así comienzan a cambiar
y ya no vuelven a ser
las que permanecían en el corral
ni volverán a mirarte con ojos inocentes
ahora será el rojo el que te mire
un rojo de arterias rotas
las que le alimentaban la vida
tu haces que mueran poco a poco
tu, hacedor de sueños mortales.

Victor Hugo -  1992

Hacedor de sueños
lujuriosos,
de pecado,
de amor ausente
y carnal apetito,
todo cambia;
y saltó el deseo carnal
hasta el deseo del pensamiento
y siempre había alquien allí
por el puro gusto de copular
sin sonrisas,
sin besos,
sin caricias,
con un leve quejido
y un lamento,
y un suspiro,
el nido nuevamente desordenado,
la blusa perdida,
en una carera sin fin,
en un sueño.

Intenté amar
mas no se pudo,
el tiempo es corto
como el día,
el suspiro lo acaba todo,
y vacía la cama nuevamente
esperando otra cópula
sin sentido.

Pero todo cambia,
cambia todo
hasta las estrella se ven
más cerca de nosotros,
y no hacen falta flores para amarte
y no hacen falta cuentos
ni canciones lunares
ni el copular es solo un hecho
ni soñar contigo es solo romance
ni mirar al cielo
ni contar estrellas
ni observar a un niño.

Sigue fijamente detenida
en tu cuerpo
en tu rostro
en tu beldad
que yo seguiré acá
bajo tu balcón
amandote
encima
o tu sobre mi
no te pierdas el cielo
que en la noche
hay un lucero
que desea escuchar tu voz
hoy
mañana
siempre
que te quiere ver
envuelta en versos
escritos para ti
con letra del puño
del Eccehomo

Las historias terminan
donde han de terminar


Victor Hugo -  1992

Era un pueblo pequeño
y su gente acostumbraba
ver de vez en cuando al cielo
observar sus estrellas en la noche
y durante el día
disfrutar de su azul inmenso

Se saludaban con cariño y respeto
las damas hacían venias
y los caballeros se quitaban el sombrero
los perro corrían
libremente por las calles
unas veces persiguiendo a un gato
y otras era solo juego

Las carretas parecían comparsas
y las bicicletas buenos compañeros
y comenzaron a aparecer los carros
los buses, los aviones
que a los perros les metieron miedo
y ya no salían a la calle
ni las damas se inclinaban
ni los caballeros se quitaban el sombrero
tampoco se saludan
ni observaban el cielo
y en vez de las retretas en la plaza
cruzaban los disparos por el viento
y en el lugar de las flores
en los jardines se encontraban muertos
el buen hombre se volvió ladrón
los demás se volvieron usureros
se cambió al "buenos días"
por el "o me das la plata o el cuchillo se lo entierro"
al punto llegó el cambio de la gente
que ya no se daban cuenta de las estrellas
del azul inmenso
del arco iris que cruza la montaña
ni de lo cerca que quedaba el riachuelo.

Víctor Hugo -  11/08/1991