Cibernética increpante
de tiempos remotos
que trae consigo
cambios radicales
en las formas
en las bases sedimentarias
del cuerpo voluble
e indeciso
con conjugaciones
de palabras olvidadas
que vuelven a ser primordiales
como el yo y él qué hago
no se puede esperar más
es el momento de levantarse
y gritar cualquier cosa
que sea difícil de creer
o por lo menos
que tenga trabajo pensar
para poder sentirnos vivos
nuevamente
una vez más
aquí en la soledad del pensamiento.
Víctor Hugo - 11/08/1991
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